1. Las ensaladas de los fast food son la "opción saludable"
Nunca falta el que entra en McDonald's y, en vez de pedir una hamburguesa como Dios manda, elige la ensalada porque es la "opción sana". Una reciente investigación privada sobre las ensaladas que se venden en los locales de comida rápida determinó que estos productos están excedidos de sal y grasas. El ejemplo es lapidario: un Big Mac tiene 540 calorías y 1,040 miligramos de sal; mientras que una ensalada completa con pollo y aderezo cuenta con 530 calorías y 1,260 mg de sal. O sea que el Big Mac es más sano (o menos dañino). Y más rico.
2. Los alimentos integrales adelgazan
Muchos creen que "integral" es lo mismo que "dietético". Grave error. Las harinas y cereales integrales cuentan con prácticamente las mismas calorías que los productos refinados. Sí se podrá decir que son más sanos por su alto contenido en minerales y fibras y que ayudan a eliminar toxinas con más facilidad. Pero de ninguna manera adelgazan.
3. Los productos 0% grasa son sanos
Es muy común que uno se sienta habilitado para devorar sin culpas toda clase de alimentos "0% grasa" (fat free en inglés). Mucha gente los consume porque piensa que, mágicamente, perderá peso. El problema es que, al quitar la grasa, gran parte del sabor original de estos productos es removido, lo cual obliga a los fabricantes a agregar azúcar y toda clase de químicos de origen dudoso. Por eso, los alimentos 0% grasa pueden ser peores que los comunes.
4. Las galletitas son mejores que el pan
Más mitos que se derrumban. Y una buena noticia para los amantes incondicionales del pan: las galletitas tienen muchas más calorías (420 en 100 gramos) que el pan (280 en 100 gramos) y también más grasa. Así que terminemos con eso de andar haciendo migas con las insoportables galletas de agua y pidámosle al mozo otra panera.
5. Los limones aportan vitamina C y no tienen azúcar
Es cierto que los limones aportan vitamina C, pero también es verdad que otras frutas tienen las mismas propiedades y son deliciosas. Tomen nota: un kilo de frutillas tiene más vitamina C que un kilo de limones y, aunque no lo crean, tiene menos azúcar. Por eso, basta ya de sacrificarse tomando jugo de limón para evitar gripes y resfríos, creyendo que eso nos hará todopoderosos. Las frutillas cuentan con las mismas propiedades vitamínicas y son definitivamente más ricas.
6. Las barritas de cereal hacen bien
En los últimos años se multiplicó la variedad de barritas de cereal en los quioscos. Muchos deportistas las consumen como complemento proteico. Lo que no todos saben es que estos cereales, mezclados con frutas y chocolate, pueden tener hasta el doble de azúcar que algunas golosinas convencionales. Hay que estar atento.
7. Las espinacas dan fuerza
Popeye sacaba unos músculos tremendos cada vez que comía su lata de espinacas. Y es cierto que esta verdura tiene hierro, pero no tanto como las lentejas, el hígado de cerdo o los berberechos. Además, las espinacas tienen sustancias laxantes y quelantes que hacen más difícil la absorción del hierro por parte del cuerpo humano.
8. Las zanahorias agudizan la visión
Comer zanahorias cual Bugs Bunny no nos salvará de usar lentes si realmente tenemos problemas de visión. Los betacarotenos que contiene esta verdura son precursores de la vitamina A, imprescindible para la fabricación del pigmento rodopsina, que mejora la agudeza visual en ambientes con malas condiciones de luz. Es decir: no por comer zanahorias vamos a tener la vista de un lince; a lo sumo veremos un poquitito mejor si está oscuro.
9. La margarina es más sana que la mantequilla
Durante años, los hombres han creído que las diferencias entre la margarina y la mantequilla eran fundamentales. No es así: la margarina es incluso más nociva que la mantequilla, porque contiene más grasas trans. Es decir, si bien los niveles de colesterol son menores, las grasas trans son más peligrosas y, por lo tanto, se beneficia un costado de la salud pero se paga con el empeoramiento de otra situación. Así, se podría concluir, que las diferencias entre una opción y otra son infirmas.
10. El pan integral es mejor que el común
Es verdad que el pan integral, al ser rico en fibra, favorece el sistema digestivo (es mucho más fácil de procesar) pero, en cuanto a nivel calórico, no existen diferencias con la versión clásica. Además, existen determinadas trampas en torno a esos productos básicos en la alimentación: no es lo mismo un alimento integral que uno rico en fibras por lo tanto siempre es necesario, amén de los trucos publicitarios, repasar la cantidad de fibras de cada opción en el mercado.
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